Endesa cerró el ejercicio 2023 con un beneficio ordinario neto de 951 millones de euros, lo que supuso un descenso del 60% debido al “impacto de circunstancias extraordinarias, especialmente en el negocio del gas, la minoración de precios o el impuesto del 1,2% a los ingresos de los negocios liberalizados”, ha señalado la compañía a la CNMV. La caída se explica por el menor ebitda, las mayores amortizaciones y pérdidas por deterioro, y el aumento de los costes financieros, afectados también por una negativa actualización financiera de provisiones. En términos reportados, el resultado disminuye un 70%, hasta 742 millones, comparación interanual que se ve afectada también por los extraordinarios resultados logrados en 2022 en el negocio del gas. En el arranque de la sesión, las acciones de Endesa caen en torno al 1%.
Por lo tanto, el ebitda alcanzó los 4.392 millones, un 18% superior a 2022, aunque el ebitda reportado cae un 32% hasta 3.777 millones por el impacto de un laudo de 450 millones arbitral sobre un contrato de suministro de gas, y el registro de una provisión para digitalización de 165 millones, mientras que en 2022 ajusta el impacto positivo de la venta del negocio de movilidad eléctrica a la matriz italiana Enel. Estos resultados se encuadran, según Endesa, “en un contexto de progresiva normalización del mercado energético derivada de la caída de un 64% en el precio promedio del gas (índice TTF) y, en consecuencia, de un 48% en el precio medio en el pool eléctrico ibérico hasta 87 euros/MWh. El año también concluyó con un descenso de la demanda del 2,1% en términos ajustados, lo que pone aún más de manifiesto la necesidad de acompasar el desarrollo de energías renovables con políticas de electrificación de la economía.
El flujo de caja a cierre del año crece en 3.000 millones respecto a final de 2022 y alcanza los 4.700 millones. En ello ha tenido una influencia determinante la gestión del capital circulante regulatorio (saldos regulatorios que se adeudan a la compañía por parte de las administraciones públicas), especialmente el relacionado con el negocio extrapeninsular de Endesa (Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla).
Endesa invirtió en 2023 hasta 2.304 millones, con un leve descenso del 2% respecto al año anterior, en que marcó el récord histórico. La red de distribución ha absorbido el 38% del total, seguido de renovables , el 34%. El año pasado Endesa sumó 600 MW verdes lo que sitúa en un total de 9.900 MW la capacidad de producción hidroeléctrica, eólica y solar. Gracias a ello, y a la generación nuclear, la producción peninsular libre de emisiones alcanzó el 80% del total, siete puntos más que a cierre de 2022. Prosigue además la tramitación ambiental de los proyectos renovables asociados a los dos primeros, y únicos, procesos de transición justa en la Península Ibérica en Andorra (Teruel) y Pego (Portugal).
En generación convencional, a la que se ha dedicado otro 15% de la inversión anual, destaca la obtención del cierre definitivo de As Pontes, la última central de carbón peninsular de Endesa y la mayor con esta tecnología en España. Con ello, al cierre del ejercicio, el 78% de toda la potencia de la compañía instalada en la España peninsular es libre de emisiones de CO2.
La compañía avanza en el proceso de venta de una participación minoritaria en su cartera de proyectos fotovoltaicos en operación, encontrándose actualmente en la fase final del proceso.
En cuanto a comercialización de luz, gas y servicios de valor, ha absorbido un 12% de la inversión. El número de clientes eléctricos en el mercado libre en España y Portugal creció hasta 6,9 millones, en un ejercicio marcado por un endurecimiento de las condiciones competitivas. En este sentido, las ventas de luz a precio fijo a clientes domésticos y empresariales crecieron hasta 53 TWh, 2 TWh más que en 2022.
Endesa tiene ya vendida de antemano el 95% de su producción propia para 2024 y en torno al 85% en 2025 y 50% en 2026, lo que sitúa a la empresa en una situación favorable en el actual contexto de normalización progresiva de los precios mayoristas.
Los puntos de recarga de vehículos eléctricos han crecido un 39% y alcanzan los 19.300, al tiempo que la potencia de nuevas instalaciones de autoconsumo instaladas por Endesa a clientes en el año se ha multiplicado por casi cinco veces hasta 184MW.
Endesa “reconforma” los objetivos anunciados en el pasado Capital Markets Day: lograr un ebitda de entre 4.900 y 5.200 millones, lo que supondría un alza de entre el 11% y el 18% y elevar entre el 60% y el 70% el beneficio ordinario neto, hasta el rango de 1.600-1.700 millones”.
La deuda desciende
La deuda neta de la compañía se reduce hasta los 10.400 millones, 500 millones menos que un año antes. Una reducción que se basa, según la energética, en ese buen comportamiento del flujo de caja, que permite compensar el relevante esfuerzo inversor y el pago de dividendos. La deuda bruta cae el 26%, hasta 13.700 millones, gracias a la disminución notable de los colaterales en un 82% en el año.
El coste medio de la deuda se sitúa en el 3,2%, reflejando la rápida y fuerte subida de tipos de interés. La ratio de apalancamiento (deuda neta respecto al ebitda en términos comparables) se sitúa en 2,4 veces.
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