Avangrid, la filial de Iberdrola en Estados Unidos, ha pasado la página de la compra de PNM Resources, de la que desistió definitivamente el pasado domingo. Y lo ha hecho con la puesta en marcha de uno de sus proyectos más emblemáticos: el parque eólico marino de Vineyard Wind, en la costa de Nueva Inglaterra, en el noreste de Estados Unidos. El grupo que preside Ignacio Sánchez Galán es dueño del parque al 50% junto con Copenhagen Infrastructure Partners (CIP).
La instalación de Avangrid y otra que entró en funcionamiento en la costa de Nueva York el mes pasado, desarrollada por la danesa Ørsted para la eléctrica estadounidense Eversource, son los dos primeros grandes parques eólicos marinos que empiezan a suministrar energía eléctrica a Estados Unidos. El sector se ha encontrado, por un lado, con los incentivos a las energías renovables impulsados por el Gobierno de Joe Biden, pero por otro han sufrido contratiempos por el encarecimiento de las materias primas, las subidas de los tipos de interés y los problemas en la cadena de suministro que han llevado a la cancelación de algunos contratos.
“2023 fue un año histórico para la eólica marina, marcado por el acero en el agua y las personas trabajando. Hoy iniciamos un nuevo capítulo y damos la bienvenida a 2024 suministrando la primera energía eólica marina limpia a la red de Massachusetts”, ha declarado Pedro Azagra, consejero delegado de Avangrid, a través de un comunicado. “Hemos llegado a un momento decisivo para la acción climática en Estados Unidos y un amanecer para la industria eólica marina estadounidense”, ha subrayado.
“Este es un momento histórico para la industria eólica marina estadounidense”, ha declarado la gobernadora de Massachusetts, Maura Healey. “De cara al futuro, Massachusetts se encamina hacia la independencia energética gracias a nuestro trabajo, líder en el país, para poner en pie la industria eólica marina”, ha añadido.
La entrada en funcionamiento se ha producido por ahora a pequeña escala. Como parte del proceso inicial de puesta en servicio, a las 23:52 horas del martes 2 de enero de 2024, una turbina suministró aproximadamente cinco megavatios de potencia, y se espera que en las próximas semanas se realicen pruebas adicionales tanto en tierra como en alta mar. El proyecto espera tener cinco turbinas funcionando a pleno rendimiento en breve.
La energía de los proyectos se interconecta con la red de Nueva Inglaterra en Barnstable, transmitida por cables subterráneos que conectan con una subestación situada más al interior, en Cape Cod. Una vez terminado, el proyecto, situado a unos 25 kilómetros de la costa de Martha’s Vineyard, constará de 62 aerogeneradores que generarán 806 megavatios (MW), suficientes para abastecer a más de 400.000 hogares y empresas de Massachusetts.
Según Avangrid, el parque creará 3.600 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, ahorrará 1.400 millones de dólares a los clientes durante los primeros 20 años de funcionamiento y se espera que reduzca las emisiones de carbono en más de 1,6 millones de toneladas métricas al año, el equivalente a retirar 325.000 coches de la circulación anualmente.
Contratos cancelados
Además del 50% de Vineyard Wind, Avangrid posee el 100% de Commonwealth Wind (1.200 MW en Massachusetts), Park City Wind (804 MW en Connecticut), dos de los proyectos más avanzados de eólica marina en Estados Unidos. Además, está desarrollando Kitty Hawk Wind, que tiene potencial para suministrar 3.500 megavatios a Virginia y Carolina del Norte, energía suficiente para abastecer a un millón de hogares y empresas de la región. La compañía lleva desde 2022 señalando que busca socios para esos proyectos, pero el complicado entorno ha dificultado su incorporación.
Avangrid aceptó el verano pasado pagar 48 millones de dólares (unos 44 millones de euros al tipo de cambio actual) para romper los acuerdos de comercialización de la energía de Commonwealth Wind, su proyecto para el mayor parque eólico marino de Nueva Inglaterra, con 1.200 megavatios y una inversión de 4.000 millones de dólares. La empresa consideraba que el proyecto no era viable económicamente en las condiciones inicialmente pactadas y pidió renegociar los contratos, pero las distribuidoras de electricidad se cerraron en banda.
Cancelaciones similares de contratos por parte de otras compañías se han producido en otros estados como Connecticut y Nueva Jersey. Este mismo miércoles han sido la noruega Equinor y la británica BP las que han roto su acuerdo para vender energía al estado de Nueva York de su parque eólico marino Empire Wind 2, alegando el aumento de la inflación, la subida de los tipos de interés y los problemas en la cadena de suministro.
“La viabilidad comercial es fundamental para proyectos ambiciosos de este tamaño y escala. La decisión sobre Empire Wind 2 brinda la oportunidad de reajustar y desarrollar un proyecto más sólido y robusto de cara al futuro”, ha declarado Molly Morris, presidenta de Equinor Renewables America, a través de un comunicado.
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